Hace unas semanas, paseando por Madrid, encontré una pequeña librería exclusivamente de mujeres, no es que me considere feminista ni todo lo contrario, pero como gran curiosa que sí soy, allá que entré a bichear un poquito. Mientras que en un pequeño rincón había un grupo de mujeres escuchando a una chica, yo iba sacando libros de entre los estantes de la librería y me topé con éste.
Se titula «13 cuentos ilustrados» y, según explican sus autoras en el prólogo, «la idea es que este libro es un experimento que nace con vocación de encuentro entre una escritora y una ilustradora», Nuria Gómez de la Cal y Anna Lisa Miele.
«Dividiremos el libro en 2 partes (acordaron ellas): Cuentos ilustrados e Ilustraciones contadas: cuentos ilustrados, es una selección de 13 textos, que han servido de inspiración a 13 ilustraciones, e Ilustraciones contadas es una selección de 13 dibujos, que han servido de inspiración a 13 textos»
Os dejo uno de ellos, se titula «¿Qué tengo en la Cabeza?»….que disfruteis¡
«Tengo un caballo de cartón en la cabeza, y un árbol que era tan alto como la luna, y la sombra de un hombre flaco y un poco de sangre, y mucho más.
En la cabeza tengo un millón de besos, 7 despedidas, 2.000 lágrimas dulces, 8.000 amargas, un montón de rizos, un bucle infinito, 100 miradas tiernas, un par de rencores que quiero olvidar, algunas lagunas, 3 secretos y medio, un sueño de grandeza, un ansia de vuelo y tantos, tantos pensamientos…. 29 viajes rondan mi cabeza, y un alma de hombre que se coló un día y no calla. Una casita en el monte y un cielo estrellado, un príncipe rojo y una bruja buena, un alma de niña y una pena vieja.
Un salto imprevisto y 9 sorpresas, y un montón de letras que nunca supieron juntarse y salir, aunque tal vez debieron, que andan sueltas y desordenan muy mucho mi pobre cabeza.
Puedo seguir, no te cres. Tengo unas manos jóvenes, unos párpados tiernos, una voz de sueño y un monstruo pequeño.
Así que no me preguntes más qué tengo en la cabeza si olvidé llamarte ayer cuando debía, qué son tantas cosas, que más bien me parece que el milagro es que encuentre sitio alguna de las que llegan nuevas.
¿Cómo lo ves? ¿Sigues enfadado?
Porque a mí ya no me caben más enfados. Si acaso algún que otro abrazo y, eso sí, hay sitio para alegrías, risas, para cuentos, para bailes y perdones, que de culpas voy servida.
¿Te quedas o lo dejamos?»
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